Hay historias que difícilmente se puedan borrar de mi memoria. Recuerdo haber leído esta hace algunos años. Durante una importante conferencia, se dieron cuenta que les faltaría espacio para recibir a todas las personas que se habían inscripto. Para aumentar la cantidad de lugares disponibles decidieron usar sillas más angostas.

El día de la actividad todos tuvieron donde sentarse aunque estaban un poco más apretados. Entonces el murmullo de personas quejándose comenzó a cambiar el ambiente. Los asistentes se olvidaron pronto de que habían venido a una fiesta espiritual.

En medio de esta situación, la directora de la organización se acercó a Joni Eareckson Tada una de las conferencistas invitadas y le preguntó si podía “calmar” a la multitud. Joni estaba perfectamente calificada para hacerlo, ya que un accidente en su adolescencia la había confinado a una silla de ruedas.

Uno de los colaboradores empujó la silla de Joni hasta el centro de la plataforma y entonces se dirigió a los asistentes: “Tengo entendido que a muchos de ustedes no les gusta la silla que les tocó. Bueno, a mí tampoco. Pero quiero decirles que tengo más de mil amigos inválidos que cambiarían de lugar con ustedes ahora mismo”. Las quejas y las murmuraciones cesaron.

Le pregunto, si en esa conferencia le hubiera tocado a usted sentarse en una silla más angosta, ¿cuál hubiera sido su actitud?

Creo que nos acostumbramos tan rápido a las bendiciones, que pasamos más tiempo hablando de lo que nos falta que agradeciendo lo que tenemos.

En 1 Tesalonicenses 5:18 leemos: “Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús”.

¡Qué diferente sería nuestra vida si en lugar de levantarnos cada mañana como si fuera un castigo, saltáramos de la cama y diéramos gracias! La gratitud nos quita la mirada de las cosas que nos faltan para que podamos ver las que ya poseemos.

Alguien dijo: “Junte sus razones para estar agradecido y dé gracias porque esa es la voluntad de Dios”. ¡No espere un mejor momento, empiece ahora mismo a dar gracias!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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