“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Romanos 8:32.

¿Habrá algo que sea bueno y que Dios no quiera dárselo a sus hijos? Según la Palabra, no. Si el Padre no escatimó a su Hijo Amado y lo envió a este mundo para morir en nuestro lugar por nuestros pecados, ¡imagínate todo lo que puede hacer a nuestro favor!

La palabra “escatimar” en griego es feidomai que significa “ser cauteloso de, abstenerse de algo, tratar con displicencia”. Dios nunca dudó en entregar a su Hijo. De hecho, lo tenía planeado antes de la fundación del mundo. ¡Qué sabiduría infinita!

Sin embargo, puede haber dos factores que detengan los recursos que Dios tiene para sus hijos. El primero, si lo que estamos pidiendo es “bueno” para nosotros, pero no desde la perspectiva de Dios. Ningún padre terrenal le compra una serpiente cascabel a su hijo de mascota porque se la pidió para su cumpleaños. Mucho menos Dios nos dará algo que pueda perjudicarnos. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mt. 7:11). Si lo que pides en oración es bueno, Dios te lo dará oportunamente.

El segundo factor que puede detener un recurso de Dios para nosotros es la incredulidad. Dios dijo que siempre deberíamos pedir con fe. “Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.” (Mt. 21:21). Jesús hizo muchos milagros, pero hubo lugares en donde no hizo ninguno a causa de la incredulidad. “Y por la incredulidad de ellos no hizo allí muchos milagros”. (Mt. 13:58). ¡Increíble! Cierto… increíble.

Para poder tener la fe que se requiere y saber que nuestra petición está de acuerdo con la voluntad de Dios, debemos tener siempre como guía su Palabra. Mira lo que dice este versículo: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. (Juan 15:7).

¿Qué necesidades no están cubiertas en tu vida y en la de tu familia? ¿Puedes creer que el Padre Celestial se ocupará de ellas? Dios no escatima sus recursos para sus hijos si piden con fe. Haz tu oración creyendo y espera con expectativas lo que Dios hará.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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