“LÍMITES A NUESTRAS PRESIONES”

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos”. 2 Corintios 4:7-9.

Podemos vivir presionados externamente, pero no vamos a dejar que esas presiones nos afecten interiormente. Según este pasaje, hay cuatro formas de presión a las que hay que ponerles límites.

1. Podemos estar “atribulados”. Esta palabra significa “sufrir aflicción, estar presionados por las circunstancias o por personas”. Podemos tener presiones externas, pero no vamos a caer en “angustia”. Estar angustiado es sentirse oprimido, en un lugar estrecho, como si nos faltara el aire. Ponle límites a las tribulaciones. No permitas que las situaciones difíciles te paralicen y te ahoguen. El apóstol Pedro nos exhorta a “echar toda nuestra ansiedad sobre Jesús, porque Él tiene cuidado de nosotros”. (1 Pedro 5:8).

2. Podemos estar en “apuros”. Esto es cuando las circunstancias que nos rodean nos dejan perplejos, confundidos, desorientados, sin saber qué hacer. Pero no vamos a caer en “desesperación”. La palabra griega para desesperado significa “estar fuera del camino, sin rumbo, sin recursos, hundido, creyendo que no hay salida”. No vamos a caer en esa situación porque siempre hay una salida en el Señor. “…Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella”. (1 Corintios 10:13). Ponle límite a los apuros. No permitas que te impidan ver el camino que Dios está abriendo.

3. Podemos ser “perseguidos” por situaciones o personas que nos inquietan, que nos quieren desanimar, alejarnos del amor de Dios, aislarnos. Pero nunca estaremos “desamparados” porque nuestro Padre Celestial nunca va a dejarnos desprotegidos, sin amparo ni ayuda. Ponle límite al sentimiento de abandono. Jamás Dios nos deja solos. Vencemos el miedo a la soledad a través del amor de Dios. “El amor echa fuera el temor”. (1Juan 4:18).

4. Podemos estar “derribados”. Puede ser que alguna situación parezca habernos arrojado al suelo o sentir que hemos caído a lo más bajo, sin embargo, dice la Palabra que nunca estaremos “destruidos”. Esta palabra significa que no podrán reducirnos a pedazos; no podrán deshacer nuestra vida.

Sabemos que el diablo no solo quiere hacernos caer, sino que su propósito es matar, hurtar y destruir, pero mayor es el que está en nosotros. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. (1 Juan 4:4).

Si te estabas sintiendo angustiado, desesperado, desamparado o destruido, Dios te recuerda que: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó”. Romanos 8:37.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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