“Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura al que es estimado como sabio y honorable.” Eclesiastés 10:1.

Imagina que te compras un buen perfume, de la mejor marca. Te costó mucho pero estás contento porque al fin lo conseguiste. Llegas a tu casa, lo abres y te encuentras con una sorpresa… dentro de la botella ¡hay una mosca muerta! ¿Qué harías? ¿Acaso no lo devolverías con cierto malestar? No pensarías: ¡Cómo es posible que esta prestigiosa marca dejara pasar esto! Ya no te importa cuánto querías ese perfume, ni los excelentes comentarios que obtuvo de los expertos. ¡Ese perfume ahora es asqueroso!

Salomón usa esta poderosa ilustración para referirse a la integridad de una persona. Podemos pasarnos años construyendo un buen testimonio, una buena familia, un buen ministerio, y de pronto… una “pequeña locura” termina con todo lo bueno que fue sembrado por años.

Una “pequeña locura” no significa insignificante o sin importancia. Una locura, una decisión fuera de la voluntad de Dios, una forma de proceder incorrecta, aunque parezca pequeña, puede tener graves consecuencias. Una mala decisión, quizás tomada en unos segundos, puede hacernos caer hasta lo más bajo.

Aceptar una insinuación amorosa de otra persona que no es tu cónyuge, mantener contacto con un ex novio/a a través de las redes sociales, una mirada “rápida” a una página pornográfica, unos minutos frente a un video basura, hacer un chiste subido de tono a un compañero de trabajo, quedarte con el cambio de una compra que le hiciste a alguien, una media verdad para escapar de una situación comprometida… parecen pequeñas cosas si las comparamos con las locuras de otras personas. Sin embargo, destruyen tu reputación en un segundo.

Satanás siempre siembra la ilusión de que las consecuencias de ese tipo de acciones no son tan “terribles”; que una mentira puede esconder esa locura y permitirte seguir vendiendo una imagen de sabio y honorable.

Alguien dijo que cuanto más nos acercamos a la luz, más manchas podemos ver en nosotros. Cuanto más nos acercamos a Cristo, más conciencia tendremos de la importancia de que el Espíritu Santo perfeccione la santidad en nosotros diariamente. Las locuras a las que antes no le dabas importancia, ahora las verás más peligrosas, destructoras. Es el Espíritu Santo que mora en ti quien te hablará y exhortará a alejarte de todo aquello que es una “locura”.

“El que piensa estar firme, mire que no caiga”. (1 Co. 10:12). Si vas a mantenerte firme, será porque le darás lugar al Señor para que obre en ti y transforme tu vida. “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo…” (2 Co. 2:14-16).

¿Cómo huele el perfume de tu integridad?

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp