“Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”. Salmo 25:5.

David expresó muchas veces en los Salmos su disposición a esperar la dirección de Dios antes de avanzar. Cuando la angustia, la ansiedad y la desesperación querían controlar su vida, se recordaba así mismo que debía seguir esperando en Dios.

Pero ¿cómo debemos esperar?

Debemos esperar con paciencia. Si realmente conocemos al Señor, sabemos que no miente, no incumple sus promesas, y sus tiempos son perfectos. Así que ¡no bajes los brazos, no te desalientes, la respuesta está en camino!

Debemos esperar proactivamente. David en este Salmo le pide a Dios que lo encamine en su verdad y le enseñe mientras está esperando. Durante el tiempo de espera Dios está cumpliendo propósitos. Él expone lo que hay en nuestro corazón, comprueba si nuestra fe y confianza son verdaderas, entre tantas otras cosas. Así que debemos prestar atención y aprender lo que el Señor quiere enseñarnos durante esos tiempos.

Debemos esperar con expectativas. David dice que había “esperado todo el día”. Eso significa que sus pensamientos estaban centrados en lo que Dios haría en cualquier momento. Estaba seguro de que llegaría la respuesta y eso lo llenaba de esperanza.

Debemos esperar con valor. Nunca faltarán aquellos que te digan que ya es momento de actuar, que esperaste demasiado, que si sigues perdiendo tiempo las cosas se complicarán. Déjame decirte que las cosas realmente se complicarán si haces a un lado a Dios. No dejes que la crítica o presiones de otros te lleven a actuar fuera de la voluntad de Dios.

Acepta cualquier circunstancia en la que Dios te tenga ahora mismo. Si es un tiempo de espera, decide ser paciente y confía que el plan del Señor para ti es perfecto. Dios sabe qué es lo mejor para nuestra vida. Todo tiene su tiempo.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp