“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado”. 1 Reyes 18:30.

El primer paso que dio Elías para ver una poderosa respuesta de Dios fue reparar el altar. Por su estado podemos saber que nadie había adorado a Dios por un buen tiempo, y su deseo era que todo el pueblo volviera su corazón a Él.

“Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! 1 Reyes 18:36-39.

¿Has pensado últimamente cómo está “tu altar”? El deseo de Dios sigue siendo el mismo, enviar su fuego, pero lo hará sobre un altar preparado. Hay muchas cosas que pueden arruinar el altar: dudas, pereza, conformismo, deseos que no están alineados con la voluntad de Dios… si dejamos que estas cosas vayan tomando lugar diariamente en nuestro corazón, finalmente nuestra comunión con Dios se habrá deteriorado.

Dar mantenimiento al altar es vital para que Dios derrame su fuego a diario. Israel cada día debía traer leña para que nunca se apagara el fuego en el tabernáculo.

Si tu altar está preparado, tu corazón listo, tu mente entregada, tu voluntad sujeta al Espíritu, espera el fuego de Dios en ti. No te conformes con un chispazo de Su presencia cuando Él quiere encenderte con su fuego. Sigue orando hasta experimentar la vida plena que el Espíritu Santo tiene para ti.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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