“De Zabulón cincuenta mil, que salían a campaña prontos para la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón.” 1 Crónicas 12:33.

Durante el reinado de David, la tribu de Zabulón tenía un ejército muy bueno. Si algo destacaba en este grupo de personas es que “peleaban sin doblez de corazón”. En el original hebreo, literalmente dice: “Peleaban sin corazón y corazón”, es decir, iban hacia adelante sin tener un corazón doble.

La palabra “corazón” en hebreo es leb, que además de aludir al órgano vital, tiene otras connotaciones importantes. Se usa para referirse a los sentimientos, la voluntad e incluso el intelecto. También se traduce como “ánimo, atención, cordura, decidir, deseo, entendimiento, juicio, pensamiento y voluntad”.

El escritor de Crónicas, inspirado por el Espíritu Santo, nos deja saber que estos guerreros no batallaban con una doble personalidad o con sentimientos desencontrados. Siempre los íbamos a encontrar con un espíritu desafiante y conquistador. Nunca se dejaban intimidar por el enemigo. Ellos confiaban en Dios y en nadie más. No había lugar para confiar en sus propias fuerzas, en estrategias humanas o en sus armas. Ganaban las batallas porque mantenían su ánimo firme y se apoyaban en Dios.

¡Qué buena enseñanza para nosotros! Al enfrentar batallas espirituales debemos hacer uso de las armas espirituales con las que el Señor nos equipó y con un corazón sin doblez. Si esperamos vencer con un “corazón dividido”, fracasaremos. La Palabra de Dios es clara al mencionar lo que puede esperar el hombre de doble ánimo. (Santiago 1:6-8).

Mantener tu corazón de una sola pieza es una decisión personal. Es posible depositando toda tu fe en la obra de Cristo y parándote firme en sus promesas. Las victorias se ganan “sin doblez de corazón”.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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