Santo Dios todopoderoso, primeramente, permíteme agradecerte por poderme acercar confiadamente a tu presencia para postrarme ante ti y adorarte. Gracias por tu sacrificio en la cruz del calvario y porque a través de tu muerte hoy tengo vida. Simplemente, gracias y perdóname por las veces en las que no valoro tu sacrificio y te fallo. Por favor, limpia de mi vida todo pecado y ayúdame a que mi corazón se mantenga recto delante de ti. Háblame cada vez que haya algo que esté estorbando mi relación contigo. Que mi vida sea ante ti, como una ofrenda de olor grato. Amén.

compartir por messenger
compartir por Whatsapp