Señor Jesucristo, en este nuevo día que comienza, primeramente te doy gracias por tu amor y porque tus misericordias se renuevan todos los días. Ahora, no quiero comenzar este nuevo día sin ti. Por eso, en este momento te ofrezco mi vida en adoración, reconociéndote no solo como mi creador, sino como mi único y suficiente Salvador y que sin ti nada soy y nada podría hacer. Por ello, encomiendo a ti mi día, mis planes, mis planes y proyectos para que seas tú quien propicie todo conforme a tu perfecta y preciosa voluntad. En ti confío mi buen Jesús, Amén.

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