“Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata”. Salmo 66:10.

Muchas veces Dios considera necesario hacernos pasar por diversas pruebas para cumplir algunos propósitos en nuestra vida. La palabra probar en hebreo es bajan que significa “testear metales, investigar, escudriñar, examinar”. Si lo pensamos bien, Dios no necesita una prueba para saber cómo estamos, pero nosotros sí.

Dice su Palabra que Él nos afina como a la plata. La palabra “afinar” es hebreo significa “fundir, acrisolar, limpiar”. Describe el proceso de purificación que lleva a cabo un refinador, calentando el metal y sacando las impurezas. En el caso de la plata, cuando se extrae de las minas está llena de escoria que hay que purificar. “Quita las escorias de la plata, y saldrá alhaja al fundidor”. (Proverbios 25:4). La plata es preciada, tiene mayor valor cuanto más se purifica.

Los antiguos herreros que trabajaban este metal, decían que la plata estaba purificada y lista para ser sacada del crisol cuando podían ver su rostro reflejado en ella. Creo que ya sabes hacia dónde va la aplicación de esta enseñanza. ¡Exacto! Hasta que nuestro carácter no refleje la imagen de Cristo no pasamos la prueba.

Entonces, si al atravesar la primera prueba dejamos de lado nuestra fe en Dios, hemos fallado el test. Seguramente, y por la misericordia de Dios, nos conceda una segunda oportunidad para terminar la obra que había empezado.

Si hay impurezas que sacar, habrá pruebas que atravesar. Pero debemos saber que Dios nunca nos deja solos en medio de esas presiones. Él está a nuestro lado mientras nos perfecciona.

¿Estás pasando una prueba severa? ¿Todavía no sabes cuándo terminará? No te concentres solo en las circunstancias, sino en el proceso. El Señor ya preparó la salida y tú podrás honrarle con la transformación que se lleve a cabo en tu vida.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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