Amado Padre celestial, en esta hora permíteme acercarme a ti para darte las gracias por todas tus bendiciones, porque hasta ahora puedo ver que tu mano no me ha abandonado. Muchas gracias por todas tus misericordias y por tu amor. Señor, en este día solo una cosa te ruego, y es que sea tu presencia acompañándome, dirigiéndome y protegiéndome en cada cosa que haga, para que todo sea de bendición. También, no permitas que me aparte de tu presencia corriendo a hacer lo malo, siguiendo mi naturaleza pecaminosa, pues no quiero fallarte. Por favor, líbrame de la tentación y ayúdame a hacer el bien y agradarte. Amén.

compartir por messenger
compartir por Whatsapp