“SATISFECHO EN SU PRESENCIA”

“La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”. Salmos 25:14.

Todos podemos saber acerca de Dios por lo que nos dice la Biblia, por lo que han investigado los teólogos o a través de las experiencias de otros. Pero no todas las personas tienen intimidad con Dios. Esto está reservado para los que le temen y le obedecen.

La expresión “comunión íntima” en hebreo es la palabra sod que significa “compañía de dos o más personas que comparten secretos, que se sientan juntas, que se comunican íntimamente”. Es mucho más que “saber algo del otro”.

Las relaciones humanas se construyen, entre otras cosas, dentro de un marco en donde ambas partes deben ser flexibles a los deseos del otro para dar lugar a la armonía y la estabilidad. Pero la comunión íntima con Dios es diferente. No es una relación donde Dios baja sus expectativas y demandas para satisfacer nuestros deseos, sino que nosotros elevamos nuestros estándares y deseos para tener comunión con Él.

La comunión íntima con Dios comienza a construirse aquí y ahora. La puerta de entrada es Cristo, nuestro Salvador, el creador de un Nuevo Pacto a través de su sacrificio, y el Espíritu Santo es quien nos enseña a construirla día a día.

El Señor nos dio un consejo bien práctico para compartir comunión íntima con el Padre: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. (Mateo 6:16). Deja lo que estás haciendo, ve a un lugar privado, y comienza a orar y buscar su presencia. Escucha lo que quiera decirte. Comparte tus sentimientos con Él. Permite que te enseñe. Y si te comparte un secreto, no siempre es para que lo hagas público.

Cuando comienzas a compartir comunión íntima con Él, tu alma encuentra todo lo que necesita. David, en el Salmo 63:5 menciona de manera muy gráfica lo que experimentaba al estar en su presencia: “Mi alma queda del todo satisfecha, como si comiera los mejores platillos, y mis labios te aclaman jubilosos”.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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