“Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado. Por eso vienen días, ha dicho Jehová, en que enviaré gente que trasvasará a Moab; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres.” Jeremías 48:11-12.

En este pasaje se menciona a un pueblo que necesitaba ser purificados y usa como ejemplo el trabajo realizado en las viñas de Israel. Para fabricar el vino se aplastaban las uvas y luego de cuarenta días, el vino se pasaba de una vasija a otra para quitar el sedimento. Si no se hacía esta operación, el vino resultante era de calidad inferior. Con esta ilustración el profeta menciona que Moab sería sometido a una purificación espiritual.

Hoy, Dios sigue usando situaciones límites o ciertas dificultades para “trasvasar” nuestras vidas con varios propósitos.

En primer lugar, Dios busca quitar lo que es residual, lo que no sirve. Al pasar el vino de una vasija a otra, se quitaba la suciedad, lo inservible, lo que se debía desechar. En la medida en que avanzamos en nuestra madurez espiritual, más meticulosos debemos ser a la hora de quitar la “basura” de nosotros para que nada contamine nuestra vida.

También busca perfeccionar la calidad de nuestra vida espiritual para producir mejores frutos y reflejar a Cristo.  2 Co. 2:14-15: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden”.

Otro de los propósitos es movilizarnos, despertarnos de nuestro conformismo e indiferencia. Dios permite que seamos “trasvasados” para fortalecer nuestra relación con Él y para despertarnos a la realidad espiritual que nos rodea.

Por último, Dios busca liberarnos de todo lo que nos esclaviza. Hemos sido declarados libres por medio del sacrificio de Cristo y voluntariamente debemos someternos al Espíritu Santo cada día para no volver atrás.

Si estás atravesando una temporada difícil en tu vida, piensa de qué manera el Señor pueda estar usando esas situaciones para cambiar tu vida. Deja que el Espíritu Santo te purifique, siga perfeccionando tu carácter y de esa manera puedas reflejar verdaderamente a Cristo.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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