“Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás… Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos.” Salmo 138:7-8.

La palabra “propósito” en hebreo es gamar, que significa “terminar, completar, concluir, acabarse”. Responde al “para qué”.

David, el autor de este Salmo, asegura que Dios acabará de manera perfecta lo que empezó. Lo ha visto actuando de muchas maneras en su propia vida y en el pueblo de Israel. Por otro lado, es conocedor de las Escrituras y sabe que Dios siempre tiene un propósito en mente cuando hace algo. Dios nunca pierde el tiempo, no necesita hacer pruebas para saber si algo funcionará, nunca experimenta para saber qué resultados obtendrá… ¡Él es Omnisciente!

Los propósitos de Dios nunca son improvisados. Lo que nos sucede hoy no le ha tomado por sorpresa. Desde la eternidad también ha preparado la salida para cada situación.

Por experiencia todos sabemos que pasaremos tiempos de angustia, desasosiego, estrés o temor. David también sabía que no estaba exento de pasar tiempos difíciles; por eso escribe de modo condicional: “Si anduviere yo en medio de la angustia.” Su respuesta es que Dios lo iba a vivificar en esos tiempos.

Tal vez estés atravesando situaciones que te generan estrés. Debes recordar que Dios también lo sabe y tiene los recursos que necesitas para avanzar y ser perfeccionado según los propósitos que trazó para tu vida.

Me uno a la afirmación del apóstol Pablo en Filipenses 1:6: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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