Bendito Padre celestial, en este momento vengo a ti consciente de mi continua y profunda necesidad de tu amor y tu presencia, hambriento por recibir más de tu presencia. Sáciame Señor con la grosura de tu amor, pues mi alma desfallece por tu presencia y anhela mi corazón volver a sentir tu abrazo. Hoy, solo permíteme postrarme a tus pies y disfrutar de tu presencia, de tus susurros de amor y de todo lo que quieres tratar conmigo. Háblame a través de tu palabra y trata con mi corazón para sacar de mi lo que no te agrade y para avanzar en tu propósito para mi vida, Amén.

compartir por messenger
compartir por Whatsapp