Señor Jesucristo, hoy vengo a rendirme ante ti, con un corazón humillado, pues reconozco que necesito de ti, más de lo podría imaginarme. Te necesito en mis planes, en mis proyectos, en mi familia, en mi trabajo, en mis estudios, mis relaciones, en todo aspecto de mi vida te necesito mi buen Señor. Mi Dios, ya no quiero hacer las cosas a mi manera, yo quiero vivir solo en tu voluntad, y por eso, te entrego a ti mi voluntad, pidiéndote que sea tu Espíritu Santo quien me dirija a partir de ahora para todo lo que deba hacer. Amén.

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