“Josué hizo lo que Moisés le ordenó y peleó contra el ejército de Amalec. Entre tanto Moisés, Aarón y Hur subieron a la cima de una colina cercana. Mientras Moisés sostenía en alto su mano, los israelitas vencían; pero cuando él bajaba la mano, dominaban los amalecitas. Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, Aarón y Hur le pusieron una piedra debajo para que se sentara. Luego se pararon a cada lado de Moisés y le sostuvieron las manos en alto. Así sus manos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol.” Éxodo 17:10-12.

En las guerras que peleaba Israel siempre era evidente que tenían ayuda sobrenatural. Contra Amalec, Dios hizo algo especial entre las tropas hebreas. Mientras Moisés tenía los brazos extendidos hacia arriba, ellos prevalecían; cuando bajaba sus brazos, prevalecía el enemigo.

Hay algo muy revelador en esta historia. Las victorias llegan mientras nuestras manos están levantadas hacia el cielo, cuando las bajamos, retrocedemos. “Levantar las manos” simboliza nuestra dependencia de Dios, nuestra confianza depositada en su poder.  Así como un niño levanta sus brazos para pedir a sus padres que lo levanten, así nosotros manifestamos nuestra necesidad de protección y cuidado de nuestro Padre Celestial.

En medio de la crisis mundial que atravesamos, con guerras, enfermedades nuevas, carencias de ciertos suministros, etc., podemos comenzar a sentirnos ansiosos y débiles. Si te sientes así, debes recordar que en Dios hay nuevas fuerzas. “Los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto como las águila. Correrán y no se cansarán, caminarán y no desmayarán.” Isaías 40:31.

¡No bajes los brazos! Dios está a tu lado para renovarte en este día. El Señor enviará a tu vida “Aarones y Hures” que puedan sostenerte. Sigue adelante, Él cuidará de ti.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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