“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. Hechos 3:19.

El apóstol Pedro, fiel a su estilo, carácter y formación, nos recuerda que todos somos pecadores y que la culpa y sus consecuencias nos abruman tanto como la vida bajo la esclavitud de la ley. Pero hay una salida a través del arrepentimiento y aceptando el sacrificio de Jesucristo en la cruz a nuestro favor. Así es como nuestros pecados son borrados, somos justificados por Dios y comenzamos una nueva vida. ¡Aleluya!

Además del perdón y la justificación, Pedro también nos anima a experimentar los “tiempos de refrigerio”. En la Biblia, “refrigerio” significa “confortar, refrescar, obtener alivio, alentar, consolar, traer reposo”. Cuando nuestro espíritu, alma y cuerpo parecen agotados, Dios nos envía de su misma presencia el descanso que necesitamos, y no solo una vez, sino que dice “tiempos”, eso significa que el refrigerio que Dios nos promete está a nuestro alcance cada vez que lo necesitamos.

En la vida cristiana, muchas veces pasamos por situaciones que nos agobian, llevamos cargas demasiado pesadas, y se hace aún más difícil cuando las sobrellevamos solos. Pero esa no es la voluntad de Dios. Él promete estar a nuestro lado siempre para ayudarnos. “Luego dijo Jesús: ‘Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso’”. Mateo 11:28.

Cuando no sepas a quién acudir, recuerda que tu Buen Pastor está listo para darte el descanso y el aliento que puedas necesitar. David decía: “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma.”

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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