“Al día siguiente, salimos y nos dirigimos a Cesarea; allí nos hospedamos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete y que tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.” Hechos 21:8-9.

Felipe el evangelista y diácono de la iglesia primitiva era hospitalario y su casa siempre estaba abierta para los que quisieran escuchar acerca de Cristo. La vida espiritual en ese lugar era muy especial. Él tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. ¡Qué privilegio hubiera sido pasar tiempo en ese hogar!

La palabra “profetizar” en griego es profeuo que significa “proclamar la mente y consejo de Dios; hablar por inspiración divina; declarar algo que sólo puede ser conocido por revelación divina”. Para que esto sea posible debe haber una relación intimidad y profunda con Dios. ¡Estas chicas sin duda estaban llenas del Espíritu Santo!

Esto no fue producto de la casualidad. Las cuatro doncellas habían visto a su padre orar y buscar a Dios, servirle con alegría, pero sobre todo, vieron al Señor actuar. Ellas recibieron a Cristo como su Salvador desde temprana edad, lo experimentaron y se consagraron a Dios para servirle. Felipe llevó a muchas personas a los pies de Jesús, incluyendo al funcionario etíope, a Simón el mago, a gente de Azoto, de Cesarea, de Jerusalén, pero su gozo más grande era ver a sus propias hijas rendidas al Señor. Podemos ganar a muchos, pero los primeros que necesitan salvación son nuestros hijos.

Estamos viviendo tiempos peligrosos. Necesitamos sabiduría, valor y autoridad espiritual para transmitir la Palabra de Dios en nuestro hogar. Nunca es tarde para comenzar. Lo que recibas del Señor transmítelo. Comparte devocionales y tiempo de oración con tu familia. Y si tus hijos ya son adultos, de todas maneras tus acciones y tus palabras siguen teniendo un gran impacto sobre sus vidas. Toma tiempo para considerar lo que pueden o no estar observando en ti.

¿Qué mayor alegría podríamos tener que ver a nuestros hijos amando y obedeciendo al Señor, no solo mientras son pequeños, sino cada día de sus vidas? ¡Sigue sembrando!

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp