Bendito Dios poderoso y Rey eterno, en este momento te pido que me perdones porque sé que en mi humanidad te he fallado. Hoy vengo ante ti con un corazón contrito y humillado, reconociendo mis faltas ante tu presencia y pidiéndote en el Nombre de Jesús que me limpies con tu sangre preciosa y borres de mí toda rebelión. Anhelo volver a ser lo que antes fui, ser como un niño pequeño corriendo a los brazos de su padre. Anhela mi corazón, volver a sentir tu abrazo y a escuchar tu suave voz que me reconforte y alivie. Me rindo a ti, mi Señor, perdóname, límpiame y sáname para ser agradable a ti. Amén.

compartir por messenger
compartir por Whatsapp