«Santo Dios de Gloria, te agradezco porque tú has sido muy bueno y misericordioso conmigo. Te pongo en tus manos mi vida, mi corazón y todo lo que soy, para que en el Nombre de Jesús me llenes con tu amor, tu paz, tu gozo, mansedumbre y benignidad. Mi Dios, no permitas que mi comportamiento sirva para que otros blasfemen de ti. Al contrario, lléname cada día más de ti para reflejar la obra maravillosa de redención que estás haciendo en mi vida, amén.»

compartir por messenger
compartir por Whatsapp