“ESPERAS CON PROPÓSITO”

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo”. Eclesiastés 3:11ª.

Como seres limitados por el tiempo, podemos encontrar la espera muy frustrante. Sin embargo, Dios no percibe el tiempo como nosotros.

Alguien dijo que “la espera no es un accidente, es un propósito”. En esas “salas de espera” es que Dios llama nuestra atención y cumple muchos de sus propósitos en nuestra vida.

En los tiempos de espera Dios trata con nuestro carácter. En momento así el Señor puede exponer aspectos de nuestro carácter que deben ser transformados. Piense por un momento, ¿cómo ha reaccionado las últimas veces que el Señor le hizo esperar? ¿Fue paciente, le dio gracias antes de que llegara la respuesta, o en cambio se preocupó, se enojó e incluso decidió darle un “ultimátum” a Dios?

Cuando debemos esperar nuestra fe es probada. ¿Creemos realmente que Dios puede hacer todo lo que dice? ¿Vamos a mantenernos confiando en Él mientras esperamos sus respuestas o tomaremos el asunto en nuestras manos? Si entendemos de verdad quién es el Señor, podremos confiar en Él; y si lo hacemos, podremos esperar por su tiempo perfecto.

Durante el proceso de espera debemos recordar que el Señor siempre cumple sus promesas y responde a todo aquel que clama. Por lo tanto, debemos descansar y seguir el consejo del salmista: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” (Salmo 42:5).

Siempre que se sienta invadido por una sensación de urgencia o incertidumbre, recuerde quién es Dios y lo que Él le ha prometido. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11).

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp