“LEVÁNTATE Y AVANZA”

“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:2.

El río Jordán tenía su cauce rebosando. Parecía que nunca había fluido tanta agua en ese inmenso lecho. El ruido de la corriente arrastrando algunas piedras y ramas de la superficie lo hacían más temible. Imagino a Josué, con su mirada clavada frente a ese río desbordante, pensando todo lo que había ocurrido recientemente. Después de completar la travesía por el desierto durante cuarenta años, Moisés ya no estaba. Nadie lo vio morir, sólo recuerdan que dijo que subía al monte para partir a la eternidad.

Muchas preguntas daban vuelta por la mente de Josué. ¿Y ahora, qué hacemos? ¿Cumplirá Dios lo que nos prometió? ¿Podremos conquistar un territorio tan amplio con enemigos sanguinarios y de estatura más grande que la nuestra? La última vez que enviamos espías… Bueno, mejor no recordarlo. Yo no sé si tendré las fuerzas para hacerlo. El futuro puede ser maravilloso, pero el presente es complicado. Ay… si estuviera Moisés, él sabría qué hacer…

En ese momento Dios le habló a Josué. No dice que fue una voz audible, pero él sabía que el Libertador de Israel le estaba hablando. Sus palabras respondieron cada una de sus preguntas y entendió que era tiempo de poner toda su confianza en Dios y avanzar con fe.

Moisés estaba muerto. Si Dios lo dijo, ya no importan los rumores y especulaciones. La fe de Moisés se fue con él, y ahora era tiempo de ejercitar la propia. Siempre llega el momento en que no podemos depender de nadie más. No podemos seguir avanzando con las varas de otros, las oraciones de otros, las motivaciones de otros. Necesitamos entender que la etapa anterior murió y ahora comienza una nueva, con mi fe, mis oraciones, mis desafíos, ¡y mi Dios!

Basta de quedarse mirando el Jordán, inmovilizado por temor al futuro, paralizados por miedo al enemigo o la demanda del desafío. Dios dice que hay que levantarse. “¡Levántate!” ¡Quedarse pensando, especulando, reprendiendo, o declarando no son los verbos que Dios tiene en mente para nosotros cuando ya nos dio la orden! Hay que levantarse dejando los miedos, vergüenza, culpa, inferioridad, y atreverse a creer que lo prometido es nuestro. Del Jordán, no te preocupes, que los milagros no lo hacemos nosotros. Para eso tenemos un Dios Todopoderoso que se encarga de esos problemitas.

¿Estás sentado mirando tu “Jordán”? ¿Te sientes solo porque ya no tienes los “bastones” en los que antes te apoyabas? Hoy Dios te dice: “¡Levántate y pasa tu Jordán porque yo estoy contigo!

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini

Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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