«Mi amado señor, mi amado padre, mi único Dios y Salvador, hoy me rindo ante ti, ante tu presencia, porque eres tú el único dueño de mi corazón. Hoy te pido de forma especial que seas tú trayendo esa paz que necesita mi corazón, no quiero vivir más angustiado por las cosas tan pasajeras, tan vanas, tan simples. Dios, muchas veces mi corazón se encuentra turbado y no encuentro consuelo, pero sé que solo tú puedes darme la paz que necesito. Ayúdame a Dios a que mi alma encuentre calma y que la aflicción no se apodere de mi vida. Declaro en el nombre de tu hijo amado, que tu paz gobierna mi corazón, mi vida, y mi hogar. Todo espíritu incorrecto que me perturbe, sale de mi ahora, y la paz que sobrepasa todo entendimiento se hace carne en mí.»

compartir por messenger
compartir por Whatsapp