Somos muy proclives a dejarnos dominar por nuestros sentimientos. Si no sentimos de leer un devocional, no lo leemos. Si no sentimos de hablar, no hablamos. Si no sentimos de escuchar, no escuchamos. Si no sentimos de ir a algún lado, no vamos. Si no sentimos de amar, no amamos. Si no sentimos de perdonar, no perdonamos. Y si no nos sentimos victoriosos, no vivimos en victoria.

Hay una gran diferencia entre sentirnos victoriosos y actuar como victoriosos. La fe tiene que ganarle al sentimiento. La fe tiene que ganarle a la razón. La fe tiene que ganarle a nuestros deseos. Debemos vivir por fe.

Romanos 8:37 dice: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”

No importa cómo te sientas, Dios dice que eres más que vencedor. No depende de cómo te sientas sino de lo que Dios dice porque Él nunca miente. Así que como Pablo también puedes decir: “Todo lo pudo en Cristo que me da las fuerzas”.

Tal vez hayas pasado tus últimos días viendo un panorama un poco desalentador, un campo de batalla con un ejército vencido, o sin fuerzas para pelear. Lo que cuenta es que hoy Dios te dice que eres más que vencedor si confías plenamente en Él. Si entregas tu situación en sus manos y esperas la respuesta en Él.

No hace falta prólogos para hablar con Dios. Él nos dice que debemos “acercarnos confiadamente al trono de la gracia para hallar el oportuno socorro”. No necesitas acercarte a Dios con argumentos extraños ni para ganarte su amor y confianza. ¡Dios ya te conoce! Solo abandónate en sus brazos y escucha lo que Él quiera decirte, porque tiene dirección para tu vida.

Cuando te hable, tal vez debas pedirle perdón por algunos pecados escondidos que Él te esté dando convencimiento: La duda, el orgullo, la desconfianza, la autosuficiencia, el egoísmo, celos, envidia, lujuria, codicias… Pídele perdón, decide no volver a hacerlo, toma una nueva dirección en tu corazón para agradar a Dios en todo tiempo.

En 2 Corintios 5:7 Pablo dice: “porque por fe andamos, no por vista”. Más allá de cómo se vean las cosas, nosotros debemos andar por fe. La confianza en Dios te hace victorioso. Cuando venga el enemigo, cuando vengas las situaciones complicadas, cuando vengan los desafíos, sigue confiando en Dios.

Haz una resolución de corazón: Voy a confiar en Dios más allá de cómo me sienta y esperaré Su salvación.  El Señor siempre movió cielo y tierra por una persona que haya vivido con esta resolución en su vida, porque Él es fiel a sus promesas.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp