“Entonces Josué llamó a los doce hombres a los cuales él había designado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu. Y les dijo Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro Dios a la mitad del Jordán, y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, para que esto sea señal entre vosotros”. Josué 4:4-6a

Doce hombres entraron al río Jordán, cada uno con una gran piedra en sus hombros. Estaban pisando en seco en medio de un río que se había abierto milagrosamente por mandato divino. Mientras estos hombres llevaban sus piedras al centro del río podían ver las paredes de agua como si un cristal detuviera su paso. Uno a uno, fueron dejando sus rocas hasta levantar un altar que se conservó por mucho tiempo como testimonio del poder de Dios.

Cuarenta años antes de este evento, Dios también había escogido a doce hombres, uno de cada tribu, para observar la tierra de Canaán y dar una descripción de lo que Dios les había prometido. Pero fracasaron porque atemorizaron al pueblo al decirles lo imposible que sería la misión. Dios nunca les pidió sus opiniones, solo les dio un mandato, y al no creer en lo que Él les había prometido, ninguno de esa generación entró a la tierra prometida.

¡Qué diferentes fueron los hombres enviados por Josué! Sus opiniones personales estaban sujetas a la obediencia. Si Dios les había dado la orden de pisar el Jordán, eso había que hacer. No se movían por el criterio de la mayoría, sino por mandato de Dios.

Tremenda lección para nosotros. Muchas veces nuestra percepción de la realidad se contradice con lo que Dios nos está diciendo y resolvemos actuar de acuerdo con lo que percibimos humanamente, olvidándonos de lo que Dios nos habló. ¡Qué error! Actuar fuera de lo que Dios nos dice solo nos aleja de lo que nos ha prometido. Cuando Dios habla, hay que hacer silencio y obedecer. Esa siempre ha sido la clave de toda victoria. Menos opiniones y más pasos de fe.

¿Qué promesas te ha dado Dios? ¿Vas a discutir con Él o te vas a mover en dirección a esas promesas? Dios sigue abriendo “Jordanes” a aquellos que le obedecen.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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