“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”. Filipenses 4:11-12.

El apóstol Pablo pasó por grandes necesidades, incluyendo hambre, pero su descanso no dependía de lo que tenía, sino de Dios que sabía lo que hacía en cada circunstancia.

Cuando habla de “necesidad”, en griego es histéresis que significa “quedarse corto, escasez, carecer de ciertas cosas”. En física esta palabra se aplica a los metales que son comprimidos, apretados, estirados y retorcidos para medir su flexibilidad y ductilidad. Es decir, estas necesidades probaban su dependencia de Dios, su firmeza y forjaban su carácter.

Cuando somos presionados por las necesidades de la vida debemos tener la flexibilidad y resistencia necesarias para poder mantenernos en pie y permitir que nuestro carácter sea transformado por esas presiones.

Que el Señor nos ayude a contentarnos con lo que nos da hoy y mantengamos una actitud de agradecimiento por su cuidado y provisión. Recuerda que todo lo que tenemos viene de Dios. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento.” (1 Timoteo 6:6).

Pablo concluye su carta a los filipenses con una promesa para aquellos que confían y esperan en el Proveedor Celestial: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19).

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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