“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”. 1 Pedro 2:9-10.

¡Qué privilegio tremendo tenemos los que somos hijos de Dios! Antes de recibir a Cristo como Salvador y Señor de nuestras vidas estábamos en tinieblas, sin rumbo, sin esperanza a causa del pecado, pero Jesús nos dio vida y ahora somos su pueblo. ¡Aleluya!

En este pasaje, el apóstol Pedro menciona cuatro privilegios alcanzados por los redimidos.

Somos “linaje escogido”. Ahora pertenecemos a la familia de Abraham por la fe. Somos llamados hermanos junto con Cristo. ¡Bendita genealogía espiritual! Ahora Dios es nuestro Padre. Desde la eternidad Él nos eligió para que fuésemos suyos, “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4a). Cada día Dios está concentrado en ti, pues eres su hijo amado, su escogido, heredero de todas las riquezas espirituales.

“Real sacerdocio”. Bajo el antiguo pacto, la realeza y el sacerdocio estaban separados. Ahora nosotros, en la persona de nuestro Rey de reyes y Señor de señores, somos reyes y sacerdotes para Dios.

“Nación santa”. Somos una nación porque estamos bajo su gobierno. Al ser santa significa que está apartada y libre de destrucción como consecuencia del pecado. Cristo ahora es nuestra justicia.

“Pueblo adquirido”. Cristo fue el que nos adquirió, el que pagó el precio de nuestro rescate. Su obra de redención requirió el precio del derramamiento de su sangre. Nuestro valor depende de Aquel a quien le pertenecemos. Eres su posesión exclusiva y ¡eres su especial tesoro!

Estos privilegios tan altos no tienen el propósito de ser lucidos o simplemente hablar de ellos, sino que deberían afectar diariamente la manera en que vivimos y el servicio que llevamos a cabo al anunciar las virtudes de Aquel que ha hecho grandes cosas por nosotros.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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