“Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra. Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.” Génesis 26:15,18

En Canaán, para encontrar agua potable que garantizará la subsistencia, había que cavar pozos profundos. Cuando Isaac va a ver los pozos que habían sido abiertos por los criados de su padre, encuentra que los filisteos los habían segado. Envidiaban tanto a Isaac, que decidieron complicar su vida tapando las fuentes de agua. Pero lejos de ser amedrentado por sus enemigos, él recordó las promesas que Dios les había dado y decidió recuperar los pozos perdidos. Así lo hizo, y además encontró pozos nuevos para poder asentarse en ese territorio.

Metafóricamente hablando, nuestro corazón también puede ser “tapado” por nuestro enemigo. Desde donde debería fluir Agua Viva, ahora solo hay un montón de tierra; y a menos que identifiquemos lo que está obstruyendo el fluir de Cristo en nuestras vidas, podemos secarnos y morir espiritualmente.

Hay muchas cosas que pueden estar impidiendo que ese río de Dios fluya en ti: Desaliento, desilusión, sentimientos de soledad, pereza, frustración, cansancio…

¡Es hora de levantarte y recuperar lo perdido! No permitas que Satanás te siga engañando. Él quiere verte morir de sed, pero el Señor espera que lo resista. Dios te ha dado poder para vencer.

El Señor está esperando que te vuelvas a Él de todo corazón. Estás solo a un paso de que se cumpla su Palabra: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:38). Él es el único que puede recupera tu corazón y saciar tu sed.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp