Jehová, no me reprendas en tu enojo,

Ni me castigues con tu ira.

Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;

Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.

Mi alma también está muy turbada;

Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?

Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;

Sálvame por tu misericordia.

Porque en la muerte no hay memoria de ti;

En el Seol, ¿quién te alabará?

Me he consumido a fuerza de gemir;

Todas las noches inundo de llanto mi lecho,

Riego mi cama con mis lágrimas.

Mis ojos están gastados de sufrir;

Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.

Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;

Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.

Jehová ha oído mi ruego;

Ha recibido Jehová mi oración.

10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos;

Se volverán y serán avergonzados de repente.

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