«Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías». Hechos 8:27-28

No iba, volvía. El funcionario más prominente de la reina de Etiopía había ido a Jerusalén. No había viajado por meras cuestiones diplomáticas, acuerdos políticos o tratados comerciales; su propósito era adorar a Dios. Y lo hizo en el maravilloso templo de Herodes, admirado por su arquitectura y su esplendor. Estuvo rodeado de toda la parafernalia religiosa, pero nada de eso suplió su necesidad espiritual, su corazón seguía vacío.

Cuando alguien se siente espiritualmente insatisfecho, suele preguntarse: “¿Esto es todo? ¿Hay algo más en la vida cristiana? ¿Y qué tal si…?” ¡Bendita insatisfacción! La única manera de experimentar todo lo que el Señor nos ha prometido es ir a Él y decirle: “Estoy listo Señor, dame más de ti”.

De regreso a su país, mientras este funcionario iba leyendo el pasaje de Isaías 53, un carruaje se acercó al suyo. Era el diácono Felipe que había sido guiado por el Espíritu Santo hasta ese lugar. Cuando le preguntó si sabía lo que estaba leyendo, la respuesta fue negativa. Claro, ningún judío le iba a decir que ese pasaje se refería a los sufrimientos de Jesús, pero Felipe estaba allí con el propósito de explicarle lo que Cristo había hecho. El impacto que produjo esa conversación en el eunuco fue tal, que allí mismo aceptó a Jesús como su Salvador, y al encontrar agua en el camino fue bautizado. ¡Había encontrado lo que necesitaba!

Hay mucha gente que se siente como este funcionario etíope, vacíos espiritualmente, pero interiormente saben que debe haber algo más, y que no se trata de lo que ellos puedan hacer. La única respuesta a esa necesidad es Cristo, pero no a través de un encuentro ocasional con Él, sino de una relación personal, profunda y experimental.

Y tú, ¿te preguntaste alguna vez si hay más? ¿Has pensado de qué se trata la vida abundante que el Señor te prometió? ¿Crees que la estás experimentando? Si eres de los que quieren más del Señor, entonces no te conformes, no te detengas, quita todas las barreras y comienza a buscarle sinceramente. Él te sorprenderá.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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