«Señor, al terminar este día, te doy gracias por todo lo que me has dado, por las alegrías y las tristezas, por los éxitos y los fracasos, por los amigos y los enemigos. Todo lo pongo en tus manos, sabiendo que tú lo usas para mi bien. Te pido perdón por mis faltas, por las veces que te he fallado y he dado un mal testimonio del evangelio. Te ofrezco mi sueño como una oración de amor y de entrega. Amado Dios, permíteme dormir y descansar tranquilo, sabiendo que tú velas por mí, en el Nombre de Jesús. Amén.»

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