«Mi Dios poderoso y misericordioso, te doy gracias por tu amor para conmigo y por todas tus bendiciones sobrenaturales para con mi vida. Me rindo ante ti ahora que mi día ha llegado a su fin para entregarte mis sueños y mi descanso y dejarlos en tus manos poderosas para que, en el silencio de la noche misteriosa, me cuides y me protejas de cualquier artimaña maligna que pueda venir en mi contra y pedirte que tu gracia me ampare en todo tiempo. En vía a tus ángeles guardianes a que velen mi sueño, te lo pido en el Nombre de mi Señor Jesucristo, amén.»

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