“Pero en el día que temo, pongo en ti mi confianza. Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío”. Salmo 56:3-4ª.

El subtítulo de este Salmo nos puede ayudar a entender el contexto: “Paloma silenciosa en un paraje distante”. David estaba atravesando un tiempo de transición. Había sido ungido para ser rey, pero Saúl aún lo perseguía para matarlo. Tenía la promesa, pero sabía que debía esperar su cumplimiento.

En ese momento se encontraba huyendo de Saúl a territorio filisteo. ¿Qué sería de su vida, su futuro? Él se respondió a sí mismo que podía confiar en el Señor porque cumpliría todo lo que le había prometido.

David se sentía como una “paloma silenciosa en un paraje distante”, haciendo alusión a una paloma mensajera que está a mitad de camino y se detiene para comer, descansar y recuperar fuerzas para continuar con su vuelo. Él sabía que la transición terminaría pronto y debería continuar con lo que Dios había planeado para su vida.

¿Llevas días preguntándote cuándo cumplirá Dios la promesa que te hizo? ¿Te sientes desalentado? ¿Hay dudas que asaltan tus pensamientos? Quizás hoy es uno de esos días difíciles en donde sientes que en lugar de estar acercándote a la meta te estás alejando. Pues aquí hay una palabra del Señor para ti: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19). Deja que la Palabra de Dios fortalezca tu fe y espera confiado.

Dios siempre interviene a tiempo. Mantén vivas tus expectativas. Proyéctate con fe hacia lo que muy pronto hará el Señor. ¡Dale gracias y alábalo! Él cumple lo que promete.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp