“Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas, las siete lámparas alumbrarán hacia adelante del candelero.” Números 8:2

Dios le ordenó a Moisés construir un candelero de oro con siete brazos y en cada uno de ellos había una lámpara que debía estar encendida permanentemente en el lugar santo del tabernáculo. Llama la atención la disposición que tenían las lámparas. No estaban allí para alumbrar a los costados o hacia atrás; debían alumbrar hacia adelante. Interesante.

Tiene una buena aplicación para nuestra vida. Dios es luz y alumbra nuestro caminar diario. Nos ha dado su Palabra que es “lumbrera a nuestro camino” (Salmo 119). La luz está enfocada hacia adelante. Dios no quiere que retrocedamos o nos quedemos detenidos en situaciones que no nos ayudan a crecer. Debemos seguir su luz y avanzar.

El apóstol Pablo lo tenía claro: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14). ¿Sabes cuántas historias oscuras tuvo el apóstol persiguiendo a la iglesia? ¿Cuántos motivos para culparse por lo que había hecho en el pasado? Sin embargo, sabía que el Señor lo había perdonado y ahora tenía una nueva vida. La luz estaba iluminando hacia adelante.

Muchos hermanos de la iglesia de Corinto tenían un pasado cargado de pecados. Fíjate lo que dice 1 Corintios 6:9-11: “No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos…” Habían vivido dejando mucho que desear según la ley de Dios. Pero ahora habían recibido a Jesucristo como Salvador y Señor de sus vidas, sus pecados fueron perdonados, y eran hijos de Dios. Terminemos de leer el versículo 11: “…mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”. ¡Aleluya! ¡Ahora libres el pecado podían mirar hacia adelante y construir un nuevo rumbo en Cristo!

¿Y tú? ¿Eres más propenso a enfocarte en el pasado que en el presente y el futuro? ¿Te paralizan tus viejas historias al punto de detenerte y no avanzar? ¿Las malas decisiones que has tomado hace mucho tiempo todavía están vivas en tu memoria que no te ayudan a mirar hacia adelante?

Hoy el Señor te recuerda que tus pecados han sido perdonados, tu pasado está crucificado con Cristo y tienes un nuevo camino para avanzar hacia adelante. ¡Sigue la luz de Jesús!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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