«Amado hijo de Dios, te doy gracias por tu sacrificio en la cruz del calvario y porque por tu muerte y tu sangre, hoy tengo libre acceso al trono de la gracia. Perdóname por las veces en las que no le he dado el valor que se merece tu sacrificio y he pecado delante de tu presencia. Por favor, lávame en tu sangre y hazme limpio para acercarme ante el Padre. Rindo a ti mi corazón y ahora que me dispongo a dormir y descansar, te pido que tu presencia y tu paz me acompañen. Amén.»

compartir por messenger
compartir por Whatsapp