“Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.  Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio”. Filipenses 1:15-17.

¿Puedes creer que haya personas que prediquen el evangelio para contender con otros, para provocar envidia y celos, para alcanzar popularidad y obtener dinero y poder? Sí, creo que lo sabes. Ya nada de esto nos sorprende. Hay muchos que se llaman cristianos pero bajo las demandas de Dios no lo son. Y tristemente, muchas personas han confundido el Mensaje con los mensajeros.

A través de estos versículos el apóstol nos señala las verdaderas y falsas motivaciones a la hora de predicar el evangelio. Pablo siempre expuso a los falsos maestros y profetas que destruyen la Iglesia de Cristo. En muchas oportunidades hizo referencia a aquellos que predican “otro evangelio”, más atractivo y flexible para el que quiere seguir enredado en el pecado, y más conveniente para el que solo busca prosperidad. Pero él sabía muy bien para qué había venido Cristo al mundo y cuáles son las verdaderas Buenas Noticias.

Quizás podamos llegar a pensar: “Que se encargue Dios de los que tienen malas motivaciones o pervierten el evangelio”, pero Pablo nunca lo vio de esta manera. Él dijo que siempre sería un defensor del evangelio. La palabra “defensa” en griego es apología que significa “dar cuentas en una declaración legal, alegar, decir o hablar en defensa”. Los verdaderos cristianos somos llamados a declarar la verdad, a hablar en favor de lo que dijo Dios y a dar el mensaje correcto.

Si conocemos bien el Mensaje, entonces también debemos transmitirlo con la motivación correcta y recordando cuál es el destino de los que rechazan el evangelio. ¡Cuántas personas queridas caminan hacia la condenación eterna! No podemos quedarnos callados. Debemos compartir la verdad del evangelio en amor.

¿Qué sientes cuando escuchas a personas difamar el evangelio? ¿Te indignas cuando otros hacen tropezar a quienes desean creer? ¿Te quedas callado cuando tergiversan la Verdad? Por supuesto, no estamos para contender sino para decir la verdad en amor. Callarnos no hará la diferencia, pero nuestras palabras, guiadas por el Espíritu Santo, pueden dar vida eterna a los que aceptan a Cristo como su Salvador.

Tú también debes ser un defensor del Evangelio.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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