“Será cosa tremenda la que yo haré contigo”. Éxodo 34:10b.

Dios hace la diferencia a través de las personas que están dispuestas a creerle y obedecerle. No importa el trasfondo que tengan, su estatus social, nivel económico, profesión. Cuando Dios toma a la persona que quiere usar, hace “cosas tremendas” a través de ella.

Así fue como sucedió con Moisés. Cuando Dios se le apareció en una llama de fuego en medio de una zarza, era un fugitivo de la justicia egipcia, despreciado por su pueblo, acomplejado por su carácter y forma de hablar y miedoso al extremo. Sin embargo, Dios vio algo en él que nadie veía y lo llamó para liberar a su pueblo de la esclavitud egipcia.

A pesar de su resistencia inicial, Moisés obedeció y Dios lo respaldó haciendo muchos milagros que tocarían el corazón de toda una nación. Dios le prometió: “Será cosa tremenda la que yo haré contigo”, y lo hizo. La expresión “cosa tremenda” en hebreo corresponde a la palabra yaré, que significa “que produce temor, reverencia, asombro, algo estupendo, formidable, maravilloso”.

Dios hizo “cosas tremendas” a través de Moisés y continúa haciéndolas a través de aquellos que están dispuestos a creer y obedecer. Dios busca personas que digan “pronto estoy” (Ro. 1:15), que se sometan a su dirección, que escuchen su voz y respondan con valentía a su llamado.

Este mundo en caos necesita hombres y mujeres que no teman a las provocaciones del enemigo y que hagan evidente el poder de Dios a través de sus vidas para que muchos se rindan a Cristo.

Todo comienza con un llamado de Dios. Algunos responden a una zarza ardiendo, otros a un devocional.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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