«Señor, mi Dios, te doy gracias por todo tu amor y por tu infinita misericordia demostrada al enviar a tu hijo Jesucristo a morir en la cruz por amor a mí. Ahora que este día ha llegado a su fin, entrego ante ti todas mis preocupaciones y problemas y los rindo ante tu presencia, me rindo ante ti, y admito que soy completamente dependiente de tu presencia, te necesito mi Señor. Rindo a ti mis preocupaciones, mi dolor y mi agonía y te pido que ahora que dispongo a dormir, me llenes de tu paz. Amén.»

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