«Amado Dios, te doy gracias porque me has amado con amor eterno y tierno, porque tienes cuidado de mí y de mi familia. Te pido perdón por todos mis pecados, mis fallas y mis errores, porque sé que constantemente te fallo incluso con los malos pensamientos y las malas actitudes de mi corazón. En este momento, me humillo delante de tu presencia y me reconcilio contigo porque reconozco que te necesito en todo momento, incluso en el momento en que voy a dormir. Te pido que me cubras con tu sangre preciosa y me permitas tener un buen descanso, amén.»

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