“Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.” Oseas 14:5.

Las metáforas que Dios usa para revelarse a su pueblo como su Sustentador son maravillosas. Israel había visto muchas veces intervenir al Señor en tiempos de sequía enviando lluvias torrenciales, o con granizo para proteger al ejército de Israel de sus enemigos, pero ahora Dios se manifiesta como el “rocío” para Israel.

Durante unos seis meses al año, llueve muy poco en Tierra Santa, pero siempre cae un rocío que riega la vegetación. Los israelitas decían que cuando había sequía, gracias al rocío se engrosaban las uvas para tener una buena cosecha y mantener fuertes y sanas a las plantas y los árboles.

Por eso Dios le recuerda a su pueblo que Él será como el rocío, no importa la temporada, serán refrescados y renovados para que puedan crecer y producir frutos. Y añade que “florecerán como el lirio” y les dará estabilidad porque sus raíces serán como las de los cedros del Líbano.

A veces queremos solo un par de lluvias mensuales de Dios, pero Él quiere relacionarse con nosotros diariamente porque sabe que sin su “rocío” nos secamos.

No esperes a que los problemas te agobien o las circunstancias te desestabilicen, ve al Señor, deja que te refresque, que renueve y aliente tu corazón cada día. La acción de su Espíritu Santo sobre ti producirá vida y crecimiento.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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