“Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él.” Salmo 34:8.

El salmista alaba a Dios por sus obras y anima al lector a experimentar lo mismo que él estaba sintiendo. Nos dice que debemos “gustar” a Dios. Esta palabra en hebreo es taám y significa “probar, percibir”. Podemos escuchar muchos argumentos a favor o en contra de la bondad de Dios, pero la única manera de tener una opinión propia es experimentando su bondad.

El salmista también nos exhorta a “ver” a Dios. En hebreo es la palabra raá que además de “mirar”, también significa “atender, buscar, considerar, contemplar, discernir, entender, examinar, explorar, reflexionar”. Expresa la idea de usar la vista con el fin de comprobar y analizar minuciosamente. Así que además de experimentar a Dios, también podemos reflexionar acerca de sus obras y los resultados de sus intervenciones sobrenaturales.

Gustar y ver son dos verbos que implican el uso de nuestros sentidos. Necesitamos encuentros personales con el Señor para poder experimentar los beneficios de estar en su presencia. Interactuar espiritualmente con el Señor llena nuestro corazón de paz y gozo.

Los hijos de Dios tenemos uno de los más grandes privilegios que se nos haya concedido, el derecho, la confianza y la libertad de entrar a la presencia del Señor en cualquier momento. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero…”. Hebreos 10:19-22.

Aprovecha este privilegio y pasa tiempo con Él. El Señor quiere conversar contigo, corazón a corazón, sobre cualquiera y todos tus asuntos.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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