«EL AFÁN POR SER ACEPTADOS»

Gálatas 1: 10 Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.

En los últimos tiempos, el afán o la necesidad por ser aprobados, ha crecido en gran manera. No sé si se deba al crecimiento de las redes sociales, o con toda la vanidad que se ha desarrollado en la sociedad, pero no podemos por nada del mundo dejar que esto nos domine.

Muchas personas desisten de su personalidad, o viven siempre en la necesidad de hacer las cosas para quedar bien con los demás, pero se olvidan de cuidar su propio huerto, que es su corazón.

Es allí cuando comienza un declive en nuestras emociones, donde comenzamos a dudar de nuestra identidad y lo que es peor, comenzamos a tener una batalla campal en nuestras emociones.

Es decir ¡si! Cuando en realidad queremos decir que ¡no! y desde allí comenzamos a vivir por el que “dirán los demás” y no realmente por lo que nosotros anhelamos.

Con todo esto digo que sea salirnos de las cosas que correctamente estén bien, sino la forma en cómo podemos claudicar a nosotros mismos, por la necesidad de complacer a otros.

Hace un tiempo escuché a alguien decir que no tomaba alcohol, pero para no ser burlado por sus amigos, en una reunión social tuvo que ingerir alcohol, y esa fue una de las peores noches de su vida.

Así pasa en muchas esferas de nuestras vidas, la presión social que se ejerce en nosotros, hace que vivamos en una ruda búsqueda de aprobación para con los demás, es la forma en cómo buscamos encajar, donde sabemos que no encajamos.

Muchas personas comienzan a hacer ejercicios no porque quieran cambiar su estilo de vida, que es muy válido, sino porque se sienten presionados al ver el cuerpo de otros, o por los comentarios de terceros.

 ¿A quién buscas agradar?

Cuando tienes la necesidad de agradar a los demás, vivirás siempre esclavo de lo que los demás puedan decir de ti. Y el día que actúes diferente, que te sientas juzgado, entonces ese día te sentirás mal.

Todos necesitamos siempre validación y aprobación emocional, que nacerá siempre desde nuestros hogares, para que nuestra identidad en Cristo crezca. Seguramente, cuando de adultos buscamos la aprobación en otros, es porque nunca la tuvimos en casa.

No siempre es así, pero a veces sucede, y es allí donde debemos buscar a Dios y entender que la primera aprobación viene del padre.

Esto no quiere decir que andaremos como personas incongruentes, haciendo lo incorrecto, sino que podremos evaluar realmente nuestra cuando y nuestro caminar, y veremos si en realidad estamos sumergidos en esa necesidad ansiosa de ser aprobados.

Eres creación de Dios 

Efesios 2: 10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.

Ante cualquier necesidad de aceptación, debemos siempre reconocer que somos hijos de Dios, creados por él.

Entender esto, nos ayudará a vivir siempre enfocados en nuestra identidad en Cristo, no permitiendo que la vanidad de este mundo nos consuma, sino aceptando que somos personas únicas, creadas por el eterno.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp