“Señor misericordioso, al final de este día, quiero agradecerte por tu cuidado constante. En medio de las luchas, me recuerdas que no estoy solo. Rodea mi hogar con tu presencia y protégeme de todo mal. Renueva mis pensamientos para que despierten en mí fe y esperanza cada día. Descanso en tu fidelidad. Amén.”

compartir por messenger
compartir por Whatsapp