¿El mensaje en roca o papel?

«…Del mismo modo, anima a los hombres jóvenes a vivir sabiamente. 7 Y sé tú mismo un ejemplo para ellos al hacer todo tipo de buenas acciones. Que todo lo que hagas refleje la integridad y la seriedad de tu enseñanza….» Tito 2:5-7 (NTV)

Cierto día estaban unos sabios deliberando sobre el mensaje a las generaciones que les sucederían en el futuro. El sabio número uno dijo: yo creo firmemente que dejando un monumento, gigante con un mensaje impreso ya que nadie podrá dañarlo en mucho tiempo, y sus letras no se borraran con facilidad.

El Sabio número 2 dijo: yo creo que eso de dejar mensajes a otros es mejor hacerlo dejando escritos en los troncos de los árboles, pues la gente siempre busca la sombra y pueden ver ese mensaje y lo pongan en su corazón y difícilmente lo dañaran a menos que lo corten.

El sabio número 3 dijo: Yo creo firmemente que aunque sus ideas son muy excelentes, porque ustedes piensan solo en el paso del tiempo y que el mensaje no se destruya. Ese mensaje perderá muchas generaciones para que sea visto, pienso que lo mejor es que se dejen páginas escritas y que estas páginas lleguen a las personas a sus lugares donde ellos están.

En ese momento el sabio número uno le interrumpió y le dijo: no seas ignorante, las hojas de papel se arrugan y se dañan con el agua, y se manchan con el tiempo, ¿a quién le interesaría una simple página frágil?

El sabio tres volvió a seguir con su argumento: bueno, en mi caso prefiero que las páginas se dañen, se rompan, se llenen de moho, se llenen de agujeros, las despedacen, pero lo más importante no es tanto lo que le pase a la página con el mensaje, lo más importante será que la página haya pagado el precio y haya dejado él mensaje en la mente de cada persona de esa generación alcanzada y ellas puedan asimilarlo.

¡Es mejor el mensaje que llega a tiempo, y no un mensaje que está perdido en el tiempo!

Lo mismo pasa con las personas, es mejor aquella persona que día a día deja un mensaje con su vida diaria de rectitud y solidaridad y bendición a otros, que aquella persona que está esperando a llegar a ser importante en la vida para poder dejar un mensaje a todos en masa, sin pensar si en verdad llegará ese día a vivirlo en el cual le harán un monumento a su gran aportación al país o nación.

Los sabios número 1 y 2 se quedaron viendo, y estaban sorprendidos por la sabia respuesta de aquel viejo erudito, que pensaba que es mejor pagar el precio a diario no importando si hubiera que morir por llevar ese mensaje con su vida.

El sabio 2 dijo: Si, tú eres más sabio que nosotros, pues buscas que la página cumpla la función para la cual está diseñada, solo que hay un problema, y es: ¿a quién le interesa escribir en una página? Es el Lápiz el que debe estar dispuesto a escribir en esa página.

El sabio 3 sonrío muy dulcemente y le señaló el cielo y le dijo: de allá arriba mandan el lápiz para que escriba en el corazón o página de cada persona, si ellas en verdad así lo creen y quieren mostrar ese mensaje dado.

No se preocupen del lápiz, solo dispongan a ser ustedes el mejor mensaje que jamás nadie haya visto jamás.

¿Esta usted pensando llegar a ser un monumento, o quedar impreso en una roca su nombre y lo que hizo o simplemente desea dejar ese mensaje sencillo y diario a las generaciones, que le ven actuar día con día para que ellos puedan también ser motivados e incentivados por usted?

Escribe cada día en el papel que es tu vida, y si a Dios le place quedara en piedra tu mensaje, pero recuerda que debes estar dispuesto a sufrir como esa página; las consecuencias de portar el mejor mensaje del universo que es el evangelio de Jesús escrito en ti, para que otros te puedan leer y venir a Cristo Jesús.

«…Si me amáis, guardad mis mandamientos…» Juan 14:15

Dr. Mauricio Loredo

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