La viuda pobre buscó ayuda; ¿Y tu a buscaste ayuda?

Recuerdas La Historia de la Viuda pobre que se narra en el libro de 2 de Reyes 4:1-2

—Mi esposo, quien te servía, ha muerto, y tú sabes cuánto él temía al Señor; pero ahora ha venido un acreedor y me amenaza con llevarse a mis dos hijos como esclavos.

2 —¿Cómo puedo ayudarte? —preguntó Eliseo— Dime, ¿qué tienes en tu casa?

—No tengo nada, solo un frasco de aceite de oliva —contestó ella.

Ella ha perdido a su esposo, un hombre que servía a Dios y servía a su Empleador, un hombre que se entregó a su patrón y ahora muerto, el patrón o empleador desea las fuerzas de sus dos hijos en reposición de su empleado y que le trabajen gratis por la deuda que hay entre esa familia y El como terrateniente.

Ella hizo algo muy bueno, ella consultó a un hombre de Dios o sea alguien que le creía y amaba a Dios, en este caso Elíseo.

Miren la respuesta a esa petición:

Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.

3 El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.

4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.

5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.

6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.

7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.

2 Reyes 4:3-7

Una deuda da paso a una esclavitud, el tiempo de dicha esclavitud prácticamente dependería de la deuda y la incapacidad del otro de poder pagarla si el dueño pone las trabas o intereses elevados con el fin que nunca puedas salir de ella y estés esclavizado dándole tu mayor riqueza: tu vida misma sin poder gozar de nada, de los beneficios de la libertad.

No hay vida propia, dependes del otro hasta para tus propias decisiones, por tanto no eres tú, es otro viviendo a través de ti.

Es como los espíritus demoníacos que viven en las personas que los dejaron entrar en sus vidas a dichos espíritus engañadores y ahora esos malos espíritus les tienen esclavizados y atados de pies y manos, no pudiendo alabar al Gran Dios, a menos que el Espíritu Santo de Dios venga a gobernar en la vida de esa persona afectada por esos espíritus que ahora ocupan esa morada que fue construida y para ser habitada por Dios mismo en forma del Espíritu Santo.

La deuda que había entre el hombre y Dios por haber pecado en contra de Dios, ya fue pagada la deuda por Jesucristo, quien se hizo carne y tomó nuestro lugar en la cruz y todos los decretos que estaban en nuestra contra fueron anulados, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. DHH. Colosenses 2:14

Aquí está la deuda ya pagada para que vivamos con la libertad en Cristo y debemos entregarnos por eso a servir a quien ya pagó nuestras deudas y nos da incluso lugar para laborar, casa para vivir y poder disfrutar juntamente con Él en su Reino .

Recuerda ese cuadro de la viuda pobre, querían tomarle incluso a su propia descendencia por parte del dueño o terrateniente, satanás es el príncipe de este mundo o sea el terrateniente mayor de la tierra y no debes servirle por ningún punto, pero para no servirle, debes buscar ayuda en el lugar correcto, ven a Jesús y él te dirá todo lo que debes hacer.

Dr. Mauricio Loredo

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