EL PODER DE SU PALABRA

En el libro de los Hechos nos revela el poder del evangelio de una forma extraordinaria:

**Todo lugar en donde se anunciaba el evangelio era tocado por el poder de Dios.

**Toda persona que oía del evangelio era quebrantada por la presencia de Dios.

**Todos los enfermos a quienes se les anunciaba el evangelio eran sanados por el poder de Dios.

Eran tiempos en donde predicar y oír el evangelio convertían una ocasión ordinaria, en un evento extraordinario que reunía a multitud de personas con esperanza y a alguno q otro curioso:

* la gente se convertía,

* los enfermos eran sanados,

* los espíritus demoniacos eran expulsados;

la iglesia causaba un impacto tremendo en donde quiera que se paraba a anunciar el evangelio.

¿Cómo podía el anuncio del mensaje de un Jesús crucificado transformar de manera tan notable la vida de aquellos que le atendían?

No había duda, ¡Jesús había resucitado! Y el poder del Padre que resucitó a Jesucristo, era el poder que saturaba,

*que bendecía,

*daba vida al anuncio de las buenas nuevas de salvación en Jesucristo.

¡¡¡¡Cristo vive!!!! Ellos no anunciaban a un hombre muerto, más bien un hombre VIVO por poder del Padre, de Dios.

* Y el oír el evangelio era un encuentro con el Cristo, aquel que había dado la vida por todos.

Y me pregunto, ¿cómo hicieron los cristianos primitivos para anunciar el evangelio con tal vehemencia, pasión, entrega y eficacia?

¿cómo hicieron sin la comodidad, tecnología y avances que tenemos hoy?

NOSOTROS PONEMOS MUCHOS PRETEXTO

Yo lo veo de esta manera

El libro de los hechos nos introduce con dos grandes acontecimientos, 1 el establecimiento de la iglesia y 2 la llenura del ES en el día de Pentecostés. Hechos caps. 1 y 2, así que encontramos:

  1. ERAN CREYENTES SATURADOS DEL ESPÍRITU SANTO.

Los primeros cristianos resplandecían con la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. Hechos 2:4 Y fueron todos llenos del espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablase.

Y enfatizó “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo”; y lo leemos también en

Hechos 4:31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Jesús les había dado una promesa Hechos 1.8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Qué manera de manifestarse el poder de Dios en el hombre, que Pedro con su sombra Sanaba a las personas nos dice la escritura.

Hechos 5:12-15 Muchas señales y maravillas

12 Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.

13 De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.

14 Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;

15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.

16 Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.

****Esta promesa no fue solo para los apóstoles, ni solamente para los pastores o líderes de ese tiempo.

Esta promesa era y sigue siendo para toda iglesia que quiera predicar el evangelio,

para toda iglesia que quiera ser testigo de Jesucristo,

para toda iglesia que reconozca la necesidad de alcanzar al mundo entero para Cristo.

La calidad y veracidad de nuestro cristianismo radica en vidas llenas del poder del Espíritu Santo.

No importa cuánta tecnología tenemos, cuán cómodos debemos de sentirnos para ir y predicar del evangelio de salvación.

Y me permito preguntarle……y disculpe el atrevimiento.

¿Cree ser un cristiano de calidad? Entonces de Testimonio de ello.

La iglesia verdadera siempre predicara el evangelio, porque los creyentes verdaderos que la componen siempre están anhelando, buscando y llenándose de la presencia del Espíritu de Dios, con deseos de compartir la buenas nuevas de salvación queriendo que los demás disfruten de las muchas bendiciones que hasta el día de hoy hemos podido disfrutar como hijos de Dios.

  1. Encontramos en los cristianos del libro de los Hechos a CREYENTES QUE ANTEPONÍAN ANTE TODO, SU OBEDIENCIA A DIOS.

**Bien podrían estar preocupados por toda la oposición que les sobrevendría y cómo la enfrentarían.

**Bien podrían poner como excusa que nadie querría oír el evangelio, porque eran duros de corazón.

* O Bien podrían haber pensado, “si a Jesús no le hicieron caso, menos a nosotros…”, “si él no pudo, qué vamos a poder nosotros”.

Nunca leemos en ningún pasaje que los creyentes de la iglesia primitiva titubearan en cuanto al cumplimiento de la gran comisión.

A diferencia de hoy, tenemos muchos creyentes que titubean, dudan, se apenan tal vez, sienten que necesitan un curso especial, y no necesitamos cursos especiales cuando somos gente estudiosa de la escritura, que ora y comparte con Dios, porque lo único que debemos hacer es ir predicar el evangelio de salvación y cuando no lo hacemos, cuando no cumplimos la gran comisión que se nos da en Mateo 28.29 ir y predicar el evangelio entonces NO somos obedientes a Dios.

Para los primeros cristianos, obedecer a Dios no era una opción… ¡era una prioridad!

Obedecer a Dios no era cuestión de tiempo… ¡era ahora! Para ellos era tiempo de obedecer a Dios.

No hay tiempo para decidir si obedecemos o no a Dios; la prioridad de todo creyente es desde un principio, obedecer a Dios.

Pedro y los apóstoles nos impresionan con su respuesta ante el Sanedrín: “Es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres” Hechos 5:29

Ellos habían causado mucha conmoción con su presencia sanando y al parecer nos les convenía a los sacerdotes de ese lugar, y todos conocemos la historia.

El creyente debe estar convencido de esta verdad si quiere vivir en el poder del evangelio, ya que nadie que no obedece a Dios, puede ser llenado con su Espíritu.

La obediencia a Dios nos lleva a aceptar a Cristo como Salvador, nos lleva a consagrarnos, seremos llenos del Espíritu Santo y como consecuencia nos lleva a vivir en el poder del evangelio.

III. ERAN CREYENTES QUE ESTABAN DISPUESTOS A PAGAR EL PRECIO DE SER TESTIGOS DEL EVANGELIO.

Usted que ha leído la Biblia, sabe que hay un costo del discipulado.

Vivir en el poder del evangelio, Requiere de consagración total si no quieres fracasar quiero decirte, no es barato. El precio es bastante alto y requiere una voluntad completamente rendida al Señor.

****El fracaso actual de muchas iglesias, de muchos cristianos es su falta de rendición ante Dios, y cuando NO HAY RENDICIÓN NO HAY OBEDIENCIA y por lo tanto cada quien hace su propia voluntad y no la de Dios porque muy seguramente saldrán de su espacio de confort y seguridad

Podemos afirmar que ¿los primeros cristianos tuvieron éxito? ClARO QUE SI!!!!!!

Los resultados fueron consecuencia del éxito. ¿Cuál fue el éxito? Rendir sus vidas a Dios, obedecer a Dios, que el Espíritu Santo los llenara y los capacitara para hacer la voluntad de Dios y estar dispuestos a pagar el precio de ser testigos.

La palabra “testigos” en su raíz Griega significa: mártir, alguien que es perseguido.

****En cierto sentido podemos afirmar que ellos no DARÍAN A FUTURO su vida por Jesús, ¡Ya habían entregado su vida a Jesús!

Y EL APÓSTOL Pablo lo dice categóricamente en Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Si nos preguntáramos: “¿estoy dispuesto a dar mi vida por Cristo?” Primero tendríamos que responder a esto:

“¿He entregado mi vida a Jesús?”

Si no estamos seguros de nuestra respuesta a esta pregunta, no podríamos dar nuestra vida por Jesús ni vivir en el poder del evangelio.

“Vivir en el poder del evangelio”, suena muy bien.

Si pregunto en esta hora, “¿cuántos de los que están aquí quieren vivir en el poder del evangelio?” ya saben cuál es el costo, y hago otra pregunta

¿ESTÁ DISPUESTO A PAGAR ESE COSTO?

Tal vez nos emocionamos hasta las lágrimas al pensar en el servicio a Dios, pero realmente estamos dispuestos a hacer su voluntad y no la nuestra

¿Creen ustedes que son preguntas difíciles de contestar?, para algunos tal vez, pero le sugiero algo, primero póngase a platicar con Dios que Él le conoce mejor que usted mismo a usted.

AMEN

Cortesía Iglesia Latinoamericana

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