La protección de Dios

Texto: Salmos 127:1-5. 

Una pregunta que muchos hacen,  ¿Cómo puede permitir Dios que todo esto suceda?  Cuando  suceden cosas como las que hoy vivimos, nos acordamos del pobre, de los inocentes que mueren…Dios está más conmovido con todo esto que nosotros mismos. Pero como Dios le dio al hombre voluntad propia, el libre albedrío, él no va a contender con lo que ya le dio al hombre. ¿Cómo podemos esperar bendición o protección de Dios cuando le pedimos que se aleje de nuestras vidas, de las escuelas, del gobierno? Quizá no lo hacemos con palabras, pero si con nuestra conducta.

Madeleyne Murray O’Hara, se quejó porque no quería la oración en las escuelas y por ser una persona pública e importante, dijeron está bien, luego de Esto fue asesinada. El doctor Benjamin Spock, un hombre muy prestigioso, dijo que no debemos castigar o corregir a nuestros hijos físicamente cuando se portan mal, porque eso dañaría su personalidad o su autoestima, creyeron en su consejo y dijeron, está bien. Sin embargo su hijo se suicidó.

Por supuesto, somos tentados a creer que todo es producto de la casualidad, como si por casualidad hubiésemos nacido. Ahora muchos se preguntan porque nuestros hijos no tienen conciencia del bien y del mal, porque nuestros hijos no saben distinguir lo bueno de lo malo, no les importa dañar su propia vida, o matar. “Cosechamos lo que sembramos”. Hoy es común ir contra todo lo que se llama Dios, es más fácil burlarse y rechazar. Llenamos las redes sociales de cosas absurdas, trágicas, obscenas y lo compartimos, lo diseminamos como una gran cosa, chistes que deterioran la imagen de las personas, pero cuando encontramos un mensaje a la conciencia o que menciona a Dios lo rechazamos. Aprobamos y le creemos a las noticias, a los medios y cuestionamos la Biblia, Y no estamos preocupados por lo que opina Dios. En resumen, todo lo concerniente a Dios y a la Biblia se ha suprimido. Por lo tanto, una persona, un pueblo, una nación, un gobierno, no podrá sobrevivir o progresar sin Dios. 

 Es tiempo de volver a Dios. Invitar y dejar entrar a Dios a nuestras escuelas, a nuestras casas, a nuestros corazones.

Pastor Carlos Roberto Robledo

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