Basado en: Mateo 20:1-16

¿Qué o quien nos lleva a trabajar a la Viña del Señor? ¿Qué tipo de Empleado eres? ¿Eres de los contratados legalmente, o solo llamado a trabajar sin saber que va a pasar? ¿Le crees al dueño de la Viña que te está invitando a laborar para Él?

Bueno lee estos párrafos y date cuenta quien de todos ellos eres tú. ¿Qué?

¿Un Contrato?
¿Nuestra voluntad?
¿Interés?
¿Por dinero?
Los primeros que estaban sin hacer nada en la plaza fueron contratados porque ellos no hacían nada sino había dinero seguro de por medio.

Al estar su corazón de esa manera ya condicionado, todo lo que otros podrían recibir en las mismas condiciones de ambiente de trabajo sería problemas para ellos.

El Patrón o dueño del Viñedo al ver personas con esta actitud, también decidió cambiar la manera de contratar y pensó que a los demás no les haría ningún contrato, y tampoco ellos lo exigieron por ver la hora que no era hora de contratar personas y alguien de buen corazón estaba ahora haciéndolo con ellos y todos los que fueron invitados, vea bien esto «Invitados» a laborar a la Viña fueron.

La invitación es diferente a la contratación.

En la contratación el dueño está supeditado a lo que el trabajador está en acuerdo de lo que pactaron en el contrato. En la invitación el invitado esta a expensas de lo que haga el patrón, o les quiera dar o no dar. Están sujetos por completo a él, aunque él conoce las leyes, quiere dar una lección al mundo entero.

Mientras el patrón termina invitando a los últimos para sumarse a esta faena del viñedo a una hora antes que termine el día de trabajo y todos los demás ven eso y los que más se sorprendieron son los que habían sido contratados durante 12 horas de trabajo.

El esfuerzo que ellos habían hecho por casi 11 horas hasta ese momento estaba siendo cumplida por el patrón de acuerdo a un contrato ya hecho y legalmente establecido.

Al momento de pagar, el patrón decide observar a todos los que reciben el pago del día de jornal por su capataz que había recibido la instrucción de pagarles empezando desde los que solo hicieron una hora de trabajo.

Estos últimos solo estaban esperando lo que el patrón tuviera a bien hacer con ellos, pues sabían bien que nadie contrataba personas por una hora.

Al ver todos los trabajadores contratados que los últimos habían empezado a recibir 100 dólares por una hora ellos se dijeron entre ellos mismos: miren si a esos que solo vinieron a pasear les han dado 100 dólares, creo que ya nos hicimos el mes nosotros en un solo día.

Pero la sorpresa fue que ellos también recibieron la misma paga de 100 dólares y ellos se enojaron contra el patrón o dueño del viñedo y empezaron a murmurar y dijeron con argumentos: mira, nosotros hemos recibido el inclemente sol sobre nosotros todo el día, nuestro trabajo fue muy fuerte y extenuante, nuestras fuerzas se han debilitado y a estos que solo vinieron a pasear les has dado lo mismo que a nosotros.

¡Esto no es Justo! ¡No, usted es un mal patrón!

Los que habían sido llamados solamente, ellos estaban solo escuchando y de sentían mal por sentirse avergonzados por los del contrato que al parecer si tenían más derechos que ellos.

Algunos estaban casi por entregar de nuevo el denario que les habían dado como paga para evitar problemas.

En eso el Capataz (Espíritu Santo) les dijo: no hagan eso, eso es un regalo del patrón por haber aceptado haber venido sin saber cuánto se les iba a pagar.

Su actitud era muy muy valiosa para él de parte de ustedes. Solo con haber venido cambiaron su vida. Escuchen lo que el patrón les va a decir a ellos y siéntanse en paz.

Entonces el Patrón les dijo y aclaró: ¿recuerdan que ustedes firmaron un contrato?

Ellos dijeron si.

¿Y cuanto fue lo que llegamos a acordar?

Ellos dinero 100 dólares el día.

El patrón les dijo: entonces tomen sus 100 dólares y váyanse, pues eso fue lo que acordamos y ustedes aceptaron esa paga la cual buena. ¿O es que ustedes se molestan que yo sea bueno? ¿Quién es el dueño? ¿Quién es el que los trajo a todos aquí? ¿No ven la bendición ustedes de trabajar conmigo? ¡Ustedes no pueden ver más allá del contrato!

Ellos fueron libres de su mente de prejuicios al venir por su propia voluntad, ustedes vinieron por paga, por eso su mente es así y trabaja así, de una manera condicionada, en cambio ellos tienen la mente abierta a lo que yo como patrón les de a diario, ellos no están regidos por un convenio, ellos esperan simplemente que yo les de lo que yo creo conveniente y ellos están gozosos.

La bendición es que todos estén trabajando en mi viñedo, pero ustedes mismos se dañan entre ustedes, su egoísmo, su maldad que hay dentro de ustedes y fue manifiesto por esa ley que convenimos hacer al decirles que de seis a seis les daría esa paga.

Pero ya ven que no solo es de seis a seis, sino que puede ser de cinco a seis. O la hora que yo quiera, ustedes no me manipularan mi bondad, es algo que no pueden hacer pues yo soy el dueño de todo esto que ven aquí.

Dios es así, impredecible, sus bondades, sobrepasan nuestro entender humano, pero los convenios nos atan a esperar solo para nosotros y al ver a otros ser bendecidos nos preguntamos: ¿por qué?

La misericordia y su Gracia va más allá de lo que tú puedes un día imaginar.

Dr. Mauricio Loredo

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