Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan solo para recibir este perjuicio y pérdida. Hechos 27.21

Hablar con Dios no debería ser algo difícil…al menos para los que decimos que creemos en El , sin embargo muchas veces no lo hacemos a diario. Vivimos apresurados, corremos detrás de las agujas del reloj, contraemos compromisos, ya sean laborales, familiares o con amigos y nuestra agenda está sobrecargada, de hecho que esto no tiene nada de malo, a Dios le encanta que tengamos amigos, que compartamos tiempo con nuestra familia, que salgamos adelante en nuestros estudios o profesiones, pero que bueno sería, tomarnos un refrigerio en medio de todas esas actividades sociales.   

En determinado momento, el apóstol Pablo le aconsejó al centurión romano que estaba a cargo del viaje que no siguiera adelante, porque Dios le había revelado que se encontrarían con una gran tempestad; pero el centurión subestimó el consejo de Pablo, y vemos en el texto bíblico lo que aconteció luego, el barco fue víctima de la mencionada tempestad que los dejó a la deriva por varios días, sin víveres y alimentos amenazados por la muerte, 276 personas estaban en la embarcación en ese momento. Finalmente, pudieron  llegar a tierra firme ya que dentro de los planes de Dios estaba marcado que Pablo comparezca ante César (Hechos 27.23-24).

Si el centurión hubiese escuchado el consejo de Pablo, se hubieran ahorrado el mal rato y las pérdidas materiales pero no lo hizo y ese fue el resultado.

Aprender a oír la voz de Dios traerá grandes bendiciones a nuestra vida y nos evitará grandes pérdidas. Muchas veces estamos en problemas porque no hemos aprendido a oír la voz de Dios. Sabemos pedir, pero esa es solo una parte de la oración. Él es práctico, utiliza las circunstancias para levantar su voz y avisarnos  que no vamos por buen camino. 

Oración

Padre gracias por tu interés hacia mí, gracias por tu paciencia y misericordia, he comprendido lo necesario que es escucharte en intimidad, alejarme del ruido cotidiano para oír tu voz, me comprometo en buscar un tiempo para hacerlo cada día, en el nombre de Jesús, Amén.

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